Comandante

- Mi Comandante, las bajas son numerosas, nuestros hombres se encuentran agotados, la batalla de mañana será una carnicería, deberíamos retirarnos.

- Si nos retiramos ahora, no recuperaremos nunca nuestra ventaja. Esta batalla decidirá el curso de la guerra.

- Están abastecidos desde el sur, no hemos podido cortar su línea de suministros, sus posiciones son fuertes. No podremos atacar sin sufrir muchas bajas más, su artillería los protege.

- ¿Ha reunido a todos?

- Sí, mi Comandante. Esperan sus instrucciones, pero... quiero advertirle de que están desmoralizados, hemos perdido a muchos.

La Comandante miró a través del cristal, su ejército parecía agotado. Abrió la puerta y caminó lentamente hacia la tarima. 

- ¿Estáis aquí?, ¿seguís aquí?

Un murmullo comenzó a recorrer las filas de hombres y mujeres que la miraban, algunos estaban sentados, otros se apoyaban sobre sus fusiles.

- ¿Seguís aquí?, dijo alzando la voz.

Comenzaron a levantarse, se abrochaban sus uniformes desgarrados, se miraban unos a otros, ayudándose a permanecer en pie.
  
- Seguís aquí, estamos aquí, todos estamos aquí.

La comandante esperó a que formaran y continuó.

- Todos nuestros compañeros están aquí, puedo verlos en vuestros ojos, somos muchos, puedo ver como están a nuestro lado, esperando nuestra victoria. 
Ellos han conseguido que hoy estemos preparados para la batalla de mañana. 
Porque somos más fuertes gracias a ellos, porque viven en nosotros y les debemos la victoria, se la debemos, les honraremos y mostraremos a la historia como nuestro ejército fue el más poderoso porque nunca olvidamos a los que combatieron con nosotros. 

Lucharemos y venceremos, porque nuestra fuerza es invencible, nuestra convicción es imposible de derrotar, no existirá una victoria más gloriosa que la que celebraremos mañana, cuando al amanecer lleguemos hasta nuestro enemigo y contemple nuestro valor, nuestra firme determinación de que no existe otro camino que su rendición.

Y lo conseguiremos, seremos generosos, pero implacables, combatiremos con honor, pero sin piedad, mañana al amanecer comenzará el final de esta guerra y nuestro enemigo lo sabrá cuando nos vea avanzar hacia él, nos contemplará con terror porque sabrá que no nos rendiremos, porque lo que somos, lo que defendemos, prevalecerá. 

Hemos llegado hasta aquí porque la historia debe escribirse con nuestros nombres, con cada uno de nuestros nombres, con los que hoy estamos aquí y con los que consiguieron que llegáramos aquí esta noche, esta gran noche en la que estamos esperando con impaciencia que amanezca para acabar con esta guerra.

Y lo haremos, mañana seremos nosotros los que comenzaremos el final de esta guerra, y lo haremos, no solo por nosotros y los nuestros, acabaremos con esta maldita guerra por todos. 

Mañana saldremos a luchar sabiendo que cuando regresemos, todo habrá cambiado para siempre, sabremos que volveremos a nuestras casas, con nuestras familias y las de nuestros compañeros, sabremos que volveremos a vivir en paz. 

Nosotros sabemos por lo que luchamos, no hemos dado ni un solo paso atrás y mañana, cuando nuestro enemigo nos vea, también lo sabrá, sabrá que no existe ninguna posibilidad, ninguna, que no sea nuestra victoria.

No os escucho, quiero escucharos, quiero escuchar como vuestras gargantas gritan victoria, quiero que nuestro enemigo ensordezca mañana al oírnos gritar con cada paso, victoria, con cada golpe, victoria, con cada bala, victoria, una y otra vez, victoria.

Y como una sola voz, el pequeño ejército rugió:

- ¡Victoria, victoria, victoria, victoria!!!!!!!  

Palabra del día:
comandante
De comandar.
1. m. y f. Jefe militar de categoría comprendida entre las de capitán y teniente coronel.
2. m. y f. Militar que ejerce el mando en ocasiones determinadas, aunque no tenga el empleo jerárquico de comandante.
3. m. y f. Jefe u oficial de la Armada que manda un buque de guerra.
4. m. y f. Piloto que tiene el mando de un avión.
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