Deuteragonista
- Está bien Rubén, me equivoqué, lo admito.
- ¿Admites un error?
- Debo hacerlo, no eres un personaje secundario, eres el deuteragonista. Sinceramente, no sabía que existía esa palabra ni ese rol tan específico, mi ignorancia tiende a infinito y se manifiesta de diversas formas.
- Pues sí, soy tu compañero de aventuras y a veces tu antagonista, con nuestra relación nos complementamos.
- Debí intuirlo cuando charlamos sobre la tragedia griega. En el principio sólo existía un protagonista, el corifeo, es Esquilo quien introduce al segundo corifeo para los siguientes papeles principales y posibilita el diálogo y la confrontación. Ambos personajes son necesarios para desarrollar el argumento.
- E igual de importantes.
- Bueno, tampoco te vengas arriba, pero sí, lo son. Lo contrario sería como negar la importancia de Watson en las novelas de Arthur Conan Doyle. No sería posible comprender a Holmes si no es a través de los ojos de Watson.
- Y viceversa, Holmes cuenta con Watson para comprender la realidad y eso define a Watson.
- Podríamos ser como Holmes y Watson, y que obviamente estén perdidamente enamorados.
- ¿Elisenda Holmes?, entonces yo sería Rubén Watson. Pareceríamos personajes de una telenovela sudamericana... mi amol, mi corasón...
deuteragonista
Del gr. δευτεραγωνιστής deuteragōnistḗs, de δεύτερος deúteros 'segundo' y ἀγωνιστής agōnistḗs 'agonista', formado a imit. de πρωταγωνιστής prōtagōnistḗs 'protagonista'.
1. m. y f. En las obras literarias o análogas, personaje que sigue en importancia al protagonista.
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