Siringa

- Ahora tiene sentido el suave lamento del sonido de la siringa. Es la expresión de un amor no correspondido, evoca la melancolía del rechazo.

- El que sintió el semidios Pan cuando se enamoró de la náyade Siringa en el Monte Liceo y esta le rechazó y huyó hasta el río Ladón, donde viéndose acorralada, suplicó a las náyades del río que la transformaran en un cañaveral.

- Cuando Pan llegó hasta ella, sólo pudo abrazar las cañas y al suspirar por no encontrar a su amada, estas emitieron un dulce murmullo. Pan las cortó y las unió con cera, unas al lado de otras, de modo que cuando soplaba a través de ellas podía construir una melodía.

- Pan siempre llevaría consigo su flauta, Siringa siempre estaría con él, había encontrado la forma de comunicarse con ella.

- Qué bonita historia de desamor, Rubén, he pensado que como si se tratara de una siringa, podíamos construir cada primero de mes un relato que enlace todas las palabras del mes anterior. Para ponernos al día hoy haríamos el de enero, mañana el de febrero y marzo lo dejamos para el uno de abril.

- Es lo que tiene tener mucho tiempo libre y la necesidad de ponerse retos, por más absurdos que puedan llegar a ser.

- No se te dá bien lo de motivar a la gente, lo sabes, ¿no?

- Bueno, soy tu contrapunto.

- Más bien me contrapunteas.

- Si quieres puedo permanecer en un digno y solemne silencio, como una esfinge de alabastro a la sombra de una benjamina y callarme lo que pienso, pero te recuerdo que somos escritores noveles y nuestro objetivo es prosperar de alguna manera. En lugar de un relato posiblemente lo que conseguiremos será un batiburrillo de palabras inconexas, como si hubiéramos pasado la noche con Sileno, bebiendo, cantando y bailando a ritmo de reguetón y nuestras neuronas no dieran para más.

- Tu pesimismo consigue acalambrarme, me haces sentir como un insecto posado sobre una rotativa a punto de ser aplastado.

- No es pesimismo, ni que estuviera hablando en latín, objetivamente me parece una mala idea, si quieres me encaramo a un alminar y lo grito a los cuatro vientos, ni un mago en un programa de telerrealidad conseguiría salir incólume de semejante tarea. Es sólo una forma de malversar el tiempo y podría interpretarse, más que como un reto, como un ombliguismo innecesario. Estamos bien como estamos, Elisenda.

- O el resultado de unir las palabras podría ser como el de trenzar los hilos de una vainica, finalmente crearíamos algo aceptable, no te digo ya a nivel mundial, pero sí al menos para nosotros.

- No me incluyas, para mí no es aceptable, es yoquepierdista, si finalmente lo haces inventa un heterónimo, no lo hagas conmigo.

- Hay que ver lo que te cuesta transducir, Rubén, te estás poniendo leonino, ni que te estuviera sometiendo a una presión de mil hectopascales sobre el xifoides, sólo era una idea, una sugerencia.

- Es como si un piragüista tratara de tapar una vía de agua con una segueta, conseguirá el efecto contrario, no podemos construir nada con las palabras del mes anterior, así, sin más, gripará nuestra rutina, sin remedio.

- Vale, pues no lo hacemos, tampoco hace falta que te pongas así, hasta te centellean los ojos, qué incomodidad.

Palabra del día:
siringa
Del lat. tardío syrinx, -ingis, y este del gr. σῦριγξ, -ιγγος sŷrinx, -ingos.
1. f. poét. Especie de zampoña, compuesta de varios tubos de caña que forman escala musical y van sujetos unos al lado de otros.
2. f. Arg., Bol. y Perú. Árbol de la familia de las euforbiáceas, de unos 40 m de altura, de cuyo tronco, mediante incisiones, se extrae un jugo lechoso que produce la goma elástica.
3. f. Arg. Arbusto ornamental de flores blancas y follaje caedizo, perteneciente a la familia de las saxifragáceas.
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