Karma

- Creo que cualquiera puede entender que lo que hace tiene consecuencias, que cada acción provoca un resultado. La idea del karma nos recuerda que lo que hacemos, sentimos o pensamos, provoca cambios.

- ¿Vamos a hablar del karma? ¿por fin ha llegado la letra "K"?

- Pues sí, a ambas preguntas, casi hemos completado el abecedario.

- Pero aún nos falta la "W".

- Bueno, Rubén, hay tiempo de sobra, todo llega exactamente en el momento en el que tiene que llegar, y en eso consiste también el karma, en la idea de que todo está conectado y por tanto nuestras acciones, pensamientos o sentimientos influyen en ese todo y regresan en el momento en el que tienen que regresar.

- Lo de las acciones es fácil de entender, pero ¿influyen nuestros pensamientos y sentimientos? ¿de qué forma?

- No se trata de nada espiritual ni esotérico, lo que pensamos y sentimos influye en nuestra actitud, en cómo afrontamos cada minuto de nuestra vida y en cómo, en consecuencia, actuaremos. Si pensamos de forma positiva nos sentiremos mejor y nuestras acciones irán encaminadas a reafirmar ese pensamiento positivo. Las consecuencias de esas acciones, los cambios que producirán, serán positivos y esa positividad regresará a nosotros.

- Pero ocurrirá lo mismo si las personas que nos rodean piensan y sienten de forma negativa.

- Claro, de ahí la importancia de ser consciente en todo momento de qué eres, si no eres consciente, esa negatividad podrá influirte y esa influencia modificará tus pensamientos, tus sentimientos...

- Y tus acciones, lo voy pillando. Por eso ese empeño tuyo en que medite y despierte.

- Si no eres consciente, si no estás despierto, lo que eres se difumina en el todo. No fluye, sino que se dispersa, no actúa, sino que se diluye.

- De ahí lo que siempre me dices de que me aleje de las personas negativas.

- Es que si no lo haces y no eres consciente, su karma te traspasa y te sumerge en una corriente de negatividad de la que es muy complicado salir.

- Pero si eres consciente ¿sí puedes rodearte de negatividad?.

- Depende de en qué momento de tu vida estés y de lo fuerte que sientas que es tu positividad, pero en general, ni aún estando en el mejor momento te lo recomendaría, porque si bien todas las acciones provocan cambios, sí importa el equilibrio en el que esas acciones van a influir, si la negatividad es abrumadora, los cambios positivos serán mínimos y la vida es muy corta para perder el tiempo sembrando en tierras estériles.

- Y en tu caso también en las fértiles, porque ya me contarás qué ha pasado con el césped de casa.

- Mira, es el ejemplo perfecto de lo que es el karma. Sabes que el césped era prácticamente inexistente cuando nos mudamos y ahora es como una mullida alfombra, pero no hemos sembrado ni una semilla, solo hemos retirado las malas hierbas. Cada pequeño pedazo de césped ha ido creciendo y fortaleciéndose hasta cubrir completamente la tierra. No hemos hecho nada más que cambiar la dirección en la que fluía el karma.

- Me gusta esto del karma, nos ha ahorrado comprar y plantar las semillas.

- Porque era innecesario, porque ese no era el problema. Sí hubiera sido una solución plantar de nuevo el césped, pero no era la adecuada, porque no sabemos cómo hubiera arraigado, pero sí sabíamos que el que ya estaba había resisitido hasta extremos increíbles.
Cuando eres consciente, lo eres acerca de lo que significa fluir en el todo. Tú no eres el protagonista, no existe el ego, ni tus expectativas, ni deseos, formas parte de lo que te rodea y lo que te rodea forma parte de ti, solo debes despertar y ver, esa es la forma de influir en el karma.

- Bueno, pues es interesante, aunque le veo un inconveniente, y es que si el karma funciona para bien, también funciona para mal.

- Sí, de la misma forma y con la misma fuerza.

- Espero que la mala gente no se entere o lo llevamos claro.

- No esperes, siente, piensa y actúa.

Palabra del día:
karma
Del sánscr. karma 'hecho, acción'.
1. m. Rel. En algunas religiones de la India, energía derivada de los actos de un individuo durante su vida, que condiciona cada una de sus sucesivas reencarnaciones, hasta que alcanza la perfección.
2. m. En algunas creencias, fuerza espiritual.
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