Desafortunadamente

- Un ingeniero de la fábrica de pegamentos 3M que era muy religioso, acudía a la iglesia con su pequeño libro de salmos, en el que introducía papelitos para marcar las páginas. 
No se sabe cuántas fueron las veces que esos papelitos se le cayeron del libro, hasta que el ingeniero no pudo más y rogó a Dios una solución. 
Al día siguiente, un operario de la fábrica, que llevaba más de diez años trabajando en ella y era conocido por ser una persona extraordinariamente competente, acudió a su supervisor para decirle que desafortunadamente se había olvidado de añadir un componente a todo el pegamento que se había fabricado ese día. El supervisor no se atrevió a desechar tal cantidad del carísimo pegamento, a pesar de que solo era una blanda mezcla que apenas se pegaba a los dedos, y lo dejaron olvidado en un almacén. 
Unos días después la noticia había corrido como la pólvora por toda la fábrica, nadie sabía qué hacer con ese pegamento que no pegaba. Nadie, salvo aquel devoto ingeniero, que por fin consiguió que los papeles de su libro de salmos no se cayeran nunca más. Había inventado el Post-it.

- No sé si esa historia es cierta Elisenda.

- No lo es, pero si lo fuera, sería una bonita serendipia.

Palabra del día:
desafortunadamente
1. adv. Por desgracia o lamentablemente. Desafortunadamente ya no se puede hacer nada.
2. adv. Con poco acierto u oportunidad. Intervino con buena voluntad, pero muy desafortunadamente.
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