Carpe diem

- Uno de los fundamentos del budismo es vivir en la idea de que todo lugar es aquí y de que todo momento es ahora.
- Carpe Diem, quam minimum credula postero,  aprovecha el día, no confíes en el mañana, del poeta Quinto Horacio, del siglo I a.c.

Es una invitación a vivir el presente, recordando que el futuro es incierto, que el tiempo se nos escapa de las manos. Tempus fugit, el tiempo huye.
- En el budismo la interpretación es distinta, pasado, presente y futuro son un continuo indistinguible, como lo es la conciencia de todo lo que la rodea. Nada de lo que fuiste, importa, nada de lo que serás, importa. Lo único que existe, que es, es tu conciencia en este lugar y en este momento.
- Prefiero la pasión de John Keating en "El club de los poetas muertos".
- El calor abrasador de un majestuoso y efímero incendio o la calidez de unas eternas brasas. Esa es la clave.
- Habrá un momento para cada uno.
- Solo existe el ahora. Lo que eliges es lo que construyes desde este momento. Tu disposición a vivir una u otra idea cambiará tu conciencia.
- Cuanta responsabilidad, así, de repente.
- No creas, puedes intentar desechar la pasión, elegir el desapego, pero no es tan fácil, te puede llevar mucho tiempo. Si lo consigues, es lo que los budistas llaman el despertar, el nirvana.
- Bueno, ayer alcanzamos el nirvana botánico, no puede ser tan complicado.
- Y así es como uno se viene arriba y se queda tan pancho.
- Pero me quieres a pesar de mi escepticismo.
- Posiblemente te quiero precisamente por eso.

Palabra del día:
carpe diem
Loc. lat.; literalmente 'coge el día'.
1. m. Exhortación a aprovechar el presente ante la constancia de la fugacidad del tiempo.
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