Xifoides

- Estás taciturno y circunspecto.
- Aún me duele lo que me dijiste ayer.
- ¿El qué de todo? porque si fuéramos uruguayos sería muy capaz de acalambrar a cualquiera, a cansina soltando palabras es difícil ganarme.
- Que soy un personaje secundario de un blog.
- Es nuestra naturaleza, no podemos cambiarlo.
- No me importa ser un personaje de un blog, lo que no llevo bien es ser un secundario, un apéndice.
- ¡Válgame Odin!, pero si los personajes secundarios son tan importantes como los protagonistas, son los que los sostienen y consiguen que el argumento tenga la continuidad necesaria. Yo no sería nada sin ti, Rubén, ¿qué podría hacer? ¿hablar sola?
- Poder, puedes, que poca falta te hace que te den la entradilla.
- Te equivocas, si yo fuera un esternón, tú serías mi xifoides, situado en el centro de mi, el extremo que lo perfecciona.
- Menudo símil.
- Probaré con otro, eres el guerrero que necesito para afrontar esta batalla en la que me he embarcado. Te imagino espada en mano, dispuesto a defenderme de todo aquello que pueda amenazarme. Eres mi caballero de brillante armadura, el poseedor de mi corazón.
- Eso me gusta mucho más. Aunque te ha faltado añadir que me quieres desesperadamente.
- Sin ninguna sombra de duda.

Palabra del día:
xifoides
Del gr. ξιφοειδής xiphoeidḗs; propiamente 'de figura de espada'.
1. adj. Anat. Dicho de un apéndice: Cartilaginoso, de forma puntiaguda y que constituye el extremo del esternón del ser humano. U. t. c. s. m.
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