Eureka

- ¡Eureka!, lo encontré Elisenda, ¡he encontrado el matamoscas!.

- Alabado sea Raid, se me han alineado los chakras de sopetón, ¡qué alegría!.

- Empezaba a pensar que no lo encontraríamos.

- Yo ya había creado la teoría de que se había abierto un agujero espacio-temporal en alguna parte del camino que hicieron los de la mudanza y que el matamoscas había viajado al pasado, encontrándose consigo mismo, creando una paradoja irresoluble que el universo evitó de un plumazo haciéndolo desaparecer.

- Pues no me parece muy descabellado, teniendo en cuenta la velocidad a la que iban los camiones de la mudanza, que cogían las curvas como si estuvieran en una carrera de derrapes.

- Así llegaron las cosas más frágiles, rotas. Hemos perdido tres lámparas, cinco tazas y al Buda se le ha caído uno de los espejitos, que no le importa, porque es muy desapegado a las cosas materiales, pero ya ves.

- No le importa porque es una estatua.

- Sí, también por eso. 

Palabra del día:
eureka
Del gr. εὕρηκα heúrēka 'he hallado', perf. de εὑρίσκειν heurískein 'hallar'.
1. interj. U. cuando se halla o descubre algo que se busca con afán.
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