Oriflama
- Conocí a un pendón desorejado que se hacía llamar Oriflama, decía que había nacido en París, pero que había perdido el acento
francés con los años. En el pueblo rumoreaban que no andaba bien de la azotea desde que perdió a su hijo, varios años atrás, pero a mí me agradaba, tenía mucha retranca, un
humor ácido, una inconfundible melancolía arraigada entre las pequeñas arrugas que rodeaban sus ojos.
- Desconozco esa historia Rubén, y no sé si quiero conocerla.
- Los veranos son muy largos cuando eres un chaval y no hay mucho más que hacer que ir al chiringuito, y las historias que contaba eran dignas de ser escuchadas.
- Supongo que muchas serían inventadas porque creatividad no le faltaba, acertó al escoger su nombre.
- Decía de sí misma que era mujer de una sola bandera, la suya.
- Si yo tuviera que elegir una bandera, me quedaría con la bolsa de plástico de American Beauty.
- Una gran escena.
- Épica.
oriflama
Del lat. aurum 'oro' y flamma 'llama1'.
1. f. Estandarte de la abadía de San Dionisio, de seda encarnada y bordado de oro, que como pendón guerrero usaban los antiguos reyes de Francia.
2. f. Cualquier estandarte, pendón o bandera de colores que se despliega al viento.
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